Itobanto... el hombre hecho poesia.

En algun lugar del mundo... no importa donde este la palabra surge y el viento se vuelve complice, se escapa en veloz carrera al enorme abismo de la conciencia, aqui estamos una vez mas, en algun lugar del mundo oculto entre millones de palabras viviendo... soñando.

miércoles, 17 de agosto de 2011

La noche que empeze de nuevo.

Era casi la media noche,
el viento caminaba de prisa
era tarde ya
y el ultimo segundo de la hora
agonizaba al compas de mi corazon.

Afuera la soledad eterna de las horas;
adentro el terror frustrante del silencio;
la hoja en blanco y el deseo de empezar de nuevo.

sábado, 6 de agosto de 2011

El ave vuela, la luna observa.

Por la tarde cuando el ultimo rayo de sol parece morir
cuando el viento arrecia su caminar
las ultimas olas se vuelve inquietas, el mar duerme
las pisadas de hombres en la arena, las redes
eleva al cielo el ultimo vuelo, aquel ave.

A lo lejos las olas, en mar susurra palabras de amor
el vai-ven de la hamaca, la silueta femenina... la calma,
es de tarde y el ultimo deseo escapa en veloz carrera
el ultimo rayo de sol se deja ver al horizonte,
la luna crece majestuosa, mira al ave que eleva el canto junto a sus alas
es la tarde amada, la tarde del ocaso, de la llama, del amor en la nada.

En la arena pisadas, que se borran con la ultima marejada
huellas de hombre, las redes, la barca y en una triste y solitaria palapa
la silueta de la mujer amada.

Los sueños vuelan en una noche que empieza a ser estrellada
la barca se ha ido, la luna observa la silueta del amante perdido entre la nada
La noche es larga y los peces salen a admirarla
junto a ella el viento acaricia suavemente su piel y luego escapa
se le ha visto llorar en la playa, el mar le susurra palabras de amor
el ave vuela el silencio acaba.

Julio A. Uscanga.